martes, 10 de diciembre de 2013

Es como si se encendiera con fuego y se preguntara después por qué se está quemando. Y yo no puedo salvarla. No puedo estar limpiando sus cenizas. Es como si se emborrachara con gasolina y tragara cerillas. Parece que le gusta destruirse pero no se da cuenta que lo hace. Y no es tanto que le guste estar rota sino que disfruta el sonido al romperse. Ese ruido estremecedor de sueños apagados e ilusiones evaporadas cada vez que ella pronuncia el nombre de aquel hombre.

— Masoquista, Denise Márquez 

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